“Por sobre
todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida.”(Pv. 4:9 NVI)
El corazón siempre fue considerado el órgano más importante
del cuerpo humano, en la ciencia el corazón es considerado la sala de las
máquinas del cuerpo, responsable por bombear sangre por una red de vasos con
longitud de 97.000 kilómetros, el órgano latí 40 millones de veces al año y
3.000 millones durante una vida media.
En toda la historia humana, el corazón siempre fue
considerado de mucha importancia por su función vital en el cuerpo. Cuando lees
esto proverbio escrito por el Rey Salomón, verás que el afirma que sobre toda
las cosas hay que cuidar el corazón, porque es por medio de él que fluye la
vida.
El mundo en estos días, se está presentando cada vez con más
tentaciones en las diversas áreas de la vida, presiones, cambio de valores. Me
acuerdo que hace un par de años atrás, una adolescente del ministerio juvenil
que lideraba, tocó la puerta de mi oficina en plantos. Estaba confundida y
desesperada, pues su enamorado le dijo que si realmente ella lo amaba, era
necesario que durmieran juntos en un hostal y se entregara a el por completo
como prueba de su amor. Ella decidió decirle NO y hoy está casada y muy
contenta porque supo guardar sus principios y su corazón.
La adolescencia y juventud siempre se presentará con las tentaciones,
pero también con las decisiones, mi deseo para tu vida es que puedas tomar la
mejor decisión y cuidar tu corazón, independientemente de las presiones o
caminos que tengas por adelante.
Cuidar el corazón significa no entregarlo por entero a una
persona o una situación, siempre entender que el centro de tu vida, decisiones,
emociones, pensamientos deben estar en las manos de Dios.
Reflexionemos.
• ¿Cómo está mi corazón hoy?
• ¿Estoy cuidando mi
corazón delante de las tentaciones y presiones?
• ¿Puedo decir que Dios está cuidando 100% de mi corazón?
• ¿Cuáles son las precauciones que puedo tomar para cuidar
de mi corazón?
Oración.
Padre amado, te doy gracias por saber que cuidas de mí y de mi corazón. Confeso que muchas veces las presiones y tentaciones son muy fuertes, pero sé que no me das más luchas y tentaciones más grandes que pueda soportar. Ayúdame a saber cuidar a mi corazón. Guíame por tus caminos. En el nombre de tu hijo Jesús. Amén.
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Bendiciones